Tengo un sueño que duerme sobre el cobertizo revuelto de mi cabeza/
un sueño sin formas ni palabras que desnudan mi verdad/
un sueño que peligra morirse congelado en los fríos márgenes de la duda insistente/
sin siquiera sollozar.
Tengo un sueño que se aplana cuando calla, y estalla cuando resbala al precipicio de
mis pensamientos, sin arneses / que ni sostienen la soledad
Un sueño que juega a la calesita sin animales y gira sin marearse/ colgado de
cielos sin nubes que rebotan oscuridad.
Tengo un sueño con vuelos nocturnos sin pájaros que anuncien el cambio de estación/
que se pierde sin rumbos precisos donde tender la ilusión.
Un sueño que crece al latido del reloj de arena/ marcando la pausa y
hasta el contratiempo sin razón.
Uno que se mezcla en distintos tiempos verbales/ es, fue, será/
Pasado, presente, futuro, ¿Cuál?
Un sueño que vuelve al pasado y se refleja en las gotas de su halo lleno de recuerdos/
un sueño que mira el presente refugiado en las márgenes de los días por llegar/ un sueño
presente sin pasos marcados al andar.
Tengo un sueño que se hace un nudo en su origen/ se desata luego y concluye en ataduras
interminables, imposibles de borrar.
Un sueño sin tamaños ni medidas/ sin sabores ni olores ni colores/ sin imágenes ni
imaginaciones, que velar. Un sueño que se funde sin pensarlo en brisas del viento que van a
terminar al mar
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